¿QUIEN ES JOSE LUIS SANCHEZ HUENTELICAN?
Mi nombre es José Luis Sánchez
Huentelicán, nací en la ciudad de coyhaique el año 1983.
Mi madre nacida y criada en
coyhaique. Mi papá nació en Santiago,
vino a realizar su servicio militar a la zona.
Ambos se conocieron, pololearon y luego vine yo a la vida. Ellos
comenzaron con nada, viviendo en casa de familia y luego en una mediagua en
calle max casas, cerca del Rakiduantun por lo que me comentan, atrás de la casa de una abuelita
(que los ayudo mucho sin ser pariente de ellos).
Mis recuerdos parten ya en la
nueva población almirante Simpson, donde recibieron su casa y terminaron
pagando dividendos por muchos años. Siempre me inculcaron el valor del trabajo
como medio para seguir avanzando en la vida.
Como toda familia, se pasaron momentos buenos y malos. En esos años era
normal comer un pan con mantequilla o cebollado y un tecito o leche con pancito con huevo los días buenos. Gracias al esfuerzo de ellos nunca me faltó
el alimento y el cuidado. Viví “la vida de barrio” en los pasajes de los ríos
(pascua, bravo, ñadis, Baker, palena, aysen). En esos años era normal conocer
al vecino, visitar a los amigos, jugar a la bocha, con los autitos, tirarse en
trineo por calle América y participar de las actividades de la junta de
vecinos. Conocer grandes amigos y
personas, con los que hasta el día de hoy nos saludamos. En esos años lo mejor
de la vida era tener unas monedas de peso e ir a comprar caramelos por
cucharadas. La población almirante Simpson no era un sector muy bueno en los
inicios pero entre todos nos cuidábamos y la pasábamos bien. Los más grandes como Bernabé nos cuidaban a
los más pequeños. Como anécdota siempre
recordaré un viaje al fraile que organizaba el chofer de las micros, el sr.
Barría, fue el viaje más loco de la vida ya que ambos buses se quedaron en pane
al regreso y finalmente debimos caminar hasta el refugio donde nos fueron a
buscar nuestros papás en la madrugada.
Mi enseñanza básica fue en la
Escuela Almirante Simpson, se ubicaba en la calle Simpson antes de llegar a
América (actualmente diego portales), conocí grandes amigos, niños del hogar de
carabineros (fundación niño y patria), hijos de empleados públicos, y los
mismos vecinos de la población. Siempre fui un alumno callado, observador,
timido, de buen desempeño (mi mama se enojaba cuando me sacaba bajo 6.5, mi
mamá siempre participaba en la directiva de curso. Lejos lo mejor de todo era
el paseo de fin de año a algún rio. Los
profesores erán buenos y se vivía un ambiente muy familiar en ese colegio.
(eran muy pocas salas y tenían hasta 6to básico). Hasta el día de hoy tengo contacto con muchos
compañeros de aquellos años y tengo muy buenos recuerdos de cada uno de ellos.
Uno de mis anhelos era postular y
quedar en el liceo juan pablo II cuando termine sexto básico, lo veía como un
sueño de niño, ya que era un liceo técnico profesional que te podía preparar
para el trabajo (a esos años era impensado llegar a estudiar en la
universidad), aparte de eso como mencioné antes, tenía la enseñanza de mis
papás que señalaba que el trabajo era lo más importante para salir
adelante. Luego de postular, logré
quedar en ese liceo. Debo admitir que la
exigencia al llegar a séptimo básico fue un duro golpe ya que me saque mi
primera nota roja. Luego ya se estabilizó todo y aunque no era brillante en los
estudios si podía llegar tranquilo al final de año, sin preocupaciones de
quedar repitiendo. Conocí mucha gente
ahí, que hasta el día de hoy es importante en mi vida. Muchos amigos, grandes
personas, confidentes, partner, talentosos y muchos de ellos super buenos
lideres. Conocí a grandes profesionales,
profesores, directivos, paradocentes, auxiliares, la mayoría de ellos de gran
corazón por lo que hacían (la Sra. Rina también, aunque le costaba
demostrarlo).
Cuando llegaron las vacaciones de
tercero medio, trabajé ese verano como empaque propinero en el multimás, era mi
primer trabajo remunerado (el resto del tiempo siempre ayudaba en lo que podía
en casa, ordenar, limpiar, pintar, cortar el pasto, cuidar de mis
hermanas). Cuando llegas a ese punto,
comienzas a tomar la verdadera importancia del dinero en la sociedad, es un
choque de realidad cuando te tratan mal (clientes y superiores), aunque siempre
trabajé con respeto y lealtad al trabajo.
Ya terminada la enseñanza media,
en la carrera de administrativo computacional, mi primer trabajo fue como
cajero en el mismo supermercado que mencioné antes. Siempre le he puesto empeño a lo que hago, y
trato de sacar lo mejor de mi.
Luego, como al salir de un liceo
técnico, sentía que no tenía la capacidad de dar la psu y sentía que no podía cargar a mis padres con
el pensamiento de ir irme a estudiar a la universidad fuera de la región. Por esta razón estudie en la universidad de
los lagos en coyhaique la carrera de contador auditor. Trabajaba de día, estudiaba de tarde noche. A veces como no pasaban los línea 7 a esas
horas, y no tenía dinero para pagar taxi, caminaba hasta casa pasada la media
noche. Creo que cada una de estas cosas
hacen formar el carácter y sacan lo mejor de ti.
Luego encontré un reemplazo por
un mes en un servicentro en el área adminsitrativa, reemplazo que ha durado 16
años siendo unos de los encargados de administración al día de hoy y
colaborador de la familia Schmidt Salazar.
En estos años he tenido la suerte
de conocer varías realidades y no despegarme de mis orígenes, siempre viviendo
en la ciudad de coyhaique.
Dentro de las cosas que más
destaco de mi vida es el haber sido dirigente social, conociendo realidades muy
duras que viven las familias de esta región.
Conocí grandes dirigentes, gente con carácter, otros con ideologías
políticas, Lideres natos. Luchamos por
el sueño de la casa propia de mucha gente y lo logramos (esto después de varios
momentos de sufrimiento, angustia y llantos).
En ese momento la vida me entregó el click social, en que mucha gente
necesita que le den una mano y simplemente le cierran las puertas.
Hoy a los 37 años, tengo una hija
hermosa de 9 que vive con su mamá en Valdivia (ya que nos separamos), y trató
de verla lo máximo posible dentro de lo que la poca conectividad de la región y
el trabajo me permite. A mi lado tengo
una mujer hermosa de buenos valores, trabajadora, luchadora por sus hijos,
siempre buscando ser mejor profesionalmente y con una crianza muy similar a la mía.
Quizas mi vida ya está resuelta
con un buen trabajo, una gran pareja, una hija, una gran familia (mamá, papá,
hermanas, tíos, tías, primos, sobrino), amigos, proyectos personales por buen
camino y la huella en la comunidad de lograr el sueño de la casa propia para
muchas personas.
Pero el 27 de diciembre del 2020
decidí que puedo aportar con los conocimientos y mi corazón y ser candidato
constituyente, porque en mi vida he visto en carne propia la desigualdad
social, indiferencia política, destrucción empresarial, el maltrato de niños,
abuelos y mujeres; y quiero ayudar para
que esto mejore y se nivele por el bien de todos.
Pero necesito de ti, de que el 11
de abril no pierdas la fe en la democracia y me des tu voto. Y si no te convence mi proyecto y mi persona,
te invito a que votes por candidatos de listas independientes y no por los
mismos políticos de siempre que tienen la solución a todos tus problemas y no lo
hacen simplemente porque no les interesas.